martes, 16 de noviembre de 2010

OTOÑO 55

La cabeza no cesaba de darle vueltas, como si fuera un poseso a punto de ser exorcizado. Yo me conformaba con que se le acabara desenroscando definitivamente del cuello y cayera al suelo, rodando por el pasillo, haciendo sonidos extraños, difíciles de onomatopeyizar, como troclónquir o crastrintrok. Con eso me daría por satisfecho.


Soy un tipo que se conforma con poco.

No hay comentarios: