miércoles, 23 de junio de 2010

VERANO 3

Ver al viejecito de la voz ondulada y el sombrero mayor leyendo con avidez el Cosmopolitan, me reconcilió un poco con el día de mierda que llevaba, aunque debo reconocer que cuando comenzó a gritar, llamando hijo de puta al conductor del autobús, perdió algo de encanto.

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